Desde el blog de nuestro LXXIII Sínodo General hemos lanzado una pregunta a Joel Cortés, presidente de la Comisión Permanente de la IEE.
"Joel, ¿qué esperas de nuestro próximo Sínodo?"
Espero de nuestro Sínodo que, de manera primordial, cumpla su función de “encuentro” de nuestras 42 congregaciones.
Es el espacio en el que podemos hacer visible nuestra comunión, estar cerca unos de los otros y poder examinar a la luz de la Palabra y de nuestra realidad, los retos que nos plantea el momento en el que vivimos. Posibilita, también, el discernimiento del grado de cumplimiento de nuestra misión como Iglesia en el intercambio de experiencias, en el contacto cercano, en los acuerdos y también en las discrepancias. En fin, el Sínodo nos brinda la posibilidad de fortalecer el compromiso de todos con una Iglesia viva que se examina a si misma bajo cuatro grandes conceptos que constituyen, desde hace unos años, una forma de análisis de nuestra realidad: el Testimonio, la Comunión, la Diaconia, la Mayordomia y la Celebración.
El tema de nuestro Sínodo “El Pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, habla por si mismo de que va a ser un Sínodo en el que se va a poner el acento en el presente momento histórico, rodeados por una crisis mundial, quizá la mas grave de los últimos 80 años, con unas consecuencias terribles para los mas débiles, que están en todos los lugares, muy cerca de nosotros y a miles de kilómetros... Todo ello nos plantea una exigencia ética que se hace visible en el subtema de nuestro encuentro, “Un estilo de vida, un estilo de iglesia”. Es decir, de qué forma hoy el evangelio nos interpela y nos llama a las Iglesias a una manera de ser testigos de Jesucristo que vaya mucho mas allá de un simple “discurso”, que supere las meras palabras y se concrete en una manera de vivir la Iglesia, que refleje el amor de Dios y su misericordia.
